Desde muy pequeña, mi pasión por la música y mi curiosidad por descubrir nuevos mundos a través de la lectura me llevaron a conectar con los demás desde la empatía. Siempre disfruté ayudar, escuchar y cuestionar lo que aprendía, preguntándome si había algo más allá de lo que me enseñaban.
Durante mi adolescencia, completé el profesorado de música, y esa formación me llevó a aplicar la musicoterapia con personas con discapacidad, una experiencia profundamente transformadora.
Desde entonces, supe con certeza que enseñar era mi vocación, un camino que combina mi amor por el conocimiento con el deseo de contribuir al desarrollo de los demás.












